Lamentablemente es un basurero, la ruta es muy cortita, poco más de un kilómetro cerca de la orilla del río que lleva lo que parece ser vertidos de los alrededores por su mal olor y color.
Hace tiempo existió un puente colgante que cruzaba el río, ahora solo hay plásticos y restos de basura por donde mires.
Es otro claro ejemplo de lo bien que se integra el ser humano en la naturaleza.